En la búsqueda por la riqueza y el idilio con el poder, el ser humano ha llegado a ser la especie transformadora de La Tierra. Y todo bien con nuestra capacidad de darnos lo que necesario de los campos, playas, bosques, lagos, manantiales. El problema es que al transformarlos, nos olvidamos que la naturaleza es el territorio que sostiene la vida y ella, La Tierra, funciona conectada, unida y la unión de sus elementos produce el sustento de los seres (humanos y no humanos).
Por ejemplo, los errores en la construcción de las ciudades (por mencionar algunos) han sido romper las conexiones entre los elementos naturales: entubar el agua de lluvia (la separamos del suelo y la vegetación), construir ciudades impermeables (separando la unión entre agua superficial y subterránea). En el afán ingenieril de las grandes obras hidráulicas, nos hemos empeñado en tratar (inútilmente) de librar las inundaciones con grandes obras de drenaje pluvial artificial y bardas en el borde de algunos ríos, en lugar de simplemente replicar la forma en que la naturaleza opera. Se gasta más del 40 % del presupuesto de los organismos operadores en bombear el agua negra largas distancias hasta la planta de tratamiento (si es que existe y funciona bien) por eso huele a caño en algunas casas, calles, playas, ríos y lagos. Además, en el campo intoxicamos la vida con agroquimicos letales.
Hoy conocemos tanto de los errores cometidos, que la solución es inevitable. Esa premisa ha generado acciones en conjunto para reconocer la vocación natural de Quintana Roo visto desde la perspectiva del agua como la base de la vida y la economía turística y productiva: Territorio Sensible al Agua es el esquema que considera este elemento como fundamento clave para ciudades y campo, ya que su sostén es sobre incontados kilómetros de ríos subterráneos. Por ello el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) determinó, que esto significa dos cosas para las acciones socio políticas: "permitir el flujo del agua a través del suelo hasta el acuífero" y "evitar contaminarla".
Si permitimos que la vegetación y el suelo hagan su trabajo pra filtrar el agua de la lluvia al subterráneo, lograríamos mitigar las inundaciones (en lugar de aumentarlas, también evitaríamos rebose del sistema cloacal de agua residual y disminuiríamos la contaminación de las lagunas, como Bacalar que se ensucia también por los ríos que corren por las calles.
Este tema se ha trabajado con el impulso y la visión de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano Sustentable (SEDETUS) y Geo AC, con ingenieros del Instituto Tecnológico de Chetumal y productores locales, han estudiado de forma conjunta.
Los resultados esperados son que ya no se intoxique el agua en la producción agrícola, que las Ciudades sea ciudades verdes, utilicen tecnologías limpias y de autosustento (como captación de agua de lluvia o Ciudades captadoras de agua, con infraestructura en espacios públicos que permitan la recarga al acuífero, espacios de arbolado y suelo natural, donde se pueden realizar diseños a base de permacultura, casas en pilotes, semilleros nativos, parques etc.
De esto, Geo AC y el gobierno de Q Roo están generando lazos ya con la Red Mexicana de Cuencas, la Red Latinoamericana de Rescate de Ríos Urbanos, el Comité Internacional de Lagos y se están entablando diálogos con ONU Hábitat quienes recién comenzaron operaciones para el diseño de centros urbanos aledaños al proyecto Tren Maya, y que ya están enterados de la fragilidad y sensibilidad del Territorio Kárstico de Quintana Roo (donde el suelo se diluye hasta formar cenotes y cavernas).