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Lago Atitlán, Guatemala.

LAGO ATITLÁN

  • Foto: Grabiela Núñez

  • Foto: Bartolo Cruz Romero

  • Foto: Luis Angel Morales Pérez

  • Foto: Clara Tinoco Navarro

  • Foto: Raúl Santos Gaona

  • Foto: Victor Durán

  • Foto: Jesús Espinosa

 

El Lago de Atitlán que cubre una extensión de 123 km2 y se encuentra ubicado a una altitud de 1,556 msnm, rodeado por 3 volcanes en el altiplano central de la República de Guatemala. Su cuenca hidrográfica tiene una extensión de 546 km2 y abarca 17 municipios del departamento de Sololá que abarca el 94% de su área (7 en su totalidad y 10 parcialmente; 11 de las cabeceras municipales se encuentran contiguas al lago), y parte de los municipios de Chichicastenango y Totonicapán de los departamentos de Quiché y Totonicapán, respectivamente. La población de su cuenca según el censo del 2018 es de 256,039 habitantes, la cual es mayoritariamente indígena (96%) de las etnias Tz'utujil, Kaqchikel y K'iche’, con un acervo cultural y tradiciones ancestrales.

El Lago de Atitlán es el tercer lugar turístico más visitado en Guatemala, visitado por alrededor de 435,000 turistas nacionales y cerca de 400,000 turistas internacionales por año. Según el Instituto Guatemalteco de Turismo, para el año 2017 el destino turístico generó al país US$176.35 millones en divisas, equivalente al 0.232% del PIB del país y al 72.5% del PIB de la cuenca en ese mismo año. La actividad agrícola ocupa el 72% de la PEA y 32% del área total de la cuenca. El bosque abarca el 35% de la cuenca. Hay un sobreuso de la tierra en el 16% del área total de la cuenca.

¿Qué problemáticas hay en el Lago Atitlán?

Diversos estudios han concluido que la calidad de agua del lago no es apta para el consumo humano, ni para propósitos recreativos, sin embargo, más de 70,000 habitantes de los poblados alrededor del lago consumen de sus aguas. En el cuerpo de agua existen especies de fitoplancton que son indicadoras de la mala calidad del agua, por lo que se han construido plantas de tratamiento de aguas residuales y se controla el uso racional y adecuado de fertilizantes agrícolas, para limitar el ingreso de nutrientes al lago. Aún así, los florecimientos de cianobacteria en el Lago de Atitlán constituyen parte de la problemática de calidad de agua del mismo. Atitlán fue declarado como el lago amenazado del año 2009 en el foro mundial del agua del mismo año.

AMSCLAE es la entidad gubernamental responsable de planificar, coordinar y ejecutar las medidas y acciones del sector público y privado que sean necesarias para conservar, preservar y resguardar el ecosistema del Lago de Atitlán y sus áreas circunvecinas. Su coordinación ejecutiva está conformada por la Vicepresidencia de la República; Gobernador Departamental del Departamento de Sololá, quien preside la Autoridad; Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación; Procuraduría del Medio Ambiente de la Procuraduría General de la Nación; Fiscalía del Medio Ambiente del Ministerio Público; Asociación de Municipalidades; instituciones privadas que se dediquen a la conservación y utilización sostenible de la cuenca y del lago; Cámara de Turismo Guatemala (CAMTUR); e, Instituto Guatemalteco de Turismo. Cuenta con un presupuesto anual de US$ 3 millones. La cuenca del lago fue declarada área protegida en el año 1997 y tiene 7 zonas de manejo y es administrada por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP-.

Algunas de las organizaciones civiles relevantes en la cuenca del Lago de Atitlán son Vivamos Mejor, Amigos del Lago, Amigos de Santa Cruz, CECI-Guatemala, Acción Contra el Hambre, Heifer International Guatemala, ADECCAP, Proyecto Ija’tz, Red Agroforestal para el Desarrollo Sostenible, Asociación de Pescadores, Asociación de Tuleros, Asociaciones de Lancheros, Asociaciones y Cooperativas de Café.

 

PARTICIPANTES

Gabriela Franco

Coordinadora

Samuel Secaira

Coordinador

Manuel Basterrechea

Colaborador

Alma Débora Lithgow Serrano

Colaborador


Investigadora Titular en la Red de Ambiente y Sustentabilidad del Instituto de Ecología, INECOL. Antes de ello, fue Investigadora junior en el Centro Mexicano de Innovación en Energía del Océano (CEMIE-Océano) y realizó cuatro estancias posdoctorales entre el Instituto de Ingeniería de la UNAM y la Universidad de Sevilla, España. Es bióloga de profesión (UAM-X) con Maestría en Ecología y Doctorado en Manejo de Recursos Naturales (INECOL). Ha realizado estancias de investigación en Italia, España, Alemania, Canadá y Estados Unidos. Su línea de investigación se enfoca en el diseño de estrategias para favorecer la recuperación de servicios ecosistémicos clave para el bienestar humano como la provisión de agua o la protección contra eventos extremos, principalmente, en cuencas costeras. Por lo anterior, se ha especializado en sistemas de toma de decisiones y el diseño de soluciones basadas en la naturaleza. En este último tema recibió el premio Miguel Urquijo otorgado por el Colegio de Ingenieros de México por sus aportes para la solución de problemas costeros desde un enfoque multidisciplinario; así como el premio a la creatividad (otorgado por el INECOL) por el diseño de una herramienta para tomadores de decisiones que permite identificar si una playa necesita y puede ser restaurada. En cuanto a producción científica se refiere, Debora ha publicado más de 25 artículos indexados, 12 libros para tomadores de decisiones y 10 capítulos de libros de editoriales internacionales. Actualmente, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel 1, área 2), de la Sociedad Mexicana de Ecología, del cuerpo editorial de la revista de divulgación científica “Eco-Lógico” y de la revista “Frontiers in Built Environment”. También, es la co-representante de México ante la Organización de Energías Renovables (capítulo ambiental) y consultora del Banco Mundial en proyectos relacionados con priorización de acciones para favorecer la adaptación al Cambio Climático.