El grupo de vegetación y peces estaba regresando de la Selva Lacandona, para seguir el muestreo en Catazajá. Viajo a Palenque, Chiapas para darles el encuentro. Mi actividad consiste en localizar piezómetros- norias para medir el nivel estático (agua subterránea) y poder realizar una interpretación hidrogeológica. Previamente ya tenía una base de datos de la red piezométrica de Conagua, selecciono en mi Sistema de Información Geográfica los puntos de interés que me interesa visitar. Creo una capa. kmz, y con la aplicación de Google Earth del celular, ya los tengo georeferenciados para empezar la búsqueda.
Llegamos al de la ciudad, es un pozo para abastecimiento de agua de la población, no hay forma de medir. El próximo está cerca de una gasolinera. Llega la policía hablo por con el comandante, me dan permiso de visitar este sitio, pero me piden que elabore un oficio, es sábado, tenemos que aprovechar el tiempo y decido cambiar de estrategia. Así que mejor tratamos de encontrar las norias (los pozos de las casas) y poder medir sus niveles. También llevo un equipo de perforación manual para la instalación de piezómetros. Instalamos uno en una localidad llamada El Cuyo. Finalmente, una buena cena, esa noche no duermo bien, sin embargo, me levanto y en domingo a las 7:00 am seguimos el recorrido.
Encontramos otras norias, siempre es interesante esta búsqueda, nos recibe un señor de la tercera edad, nos cuenta un poco de la historia de su pozo “nunca se ha secado” y en caso de que “falle el agua” aquí tenemos. Preguntamos ¿por qué falla? Y es por la electricidad, otro problema en este tipo de comunidades. Terminamos este punto viajamos hacia Palizada, ahí tengo un piezómetro que instalamos hace un par de años, ya no existe, pero encontramos una noria. El lugar es agradable, es un centro ecoturístico, la señora me recuerda y muy amablemente me invita a que cuando guste nos podamos hospedar, en secas estaría bien. Seguimos hacia Jonuta, Tabasco; aquí tengo otro piezómetro aún existe, puedo tomar la medida. Al lado pasa el río Usumacinta, en esta temporada ya está a su nivel.
Al siguiente día seguimos la ruta hacia Pantanos de Centla, hay una bifurcación el río San Pedro y San Pablo, también existe el piezómetro, pero está todo inundado, a lo lejos se ve el brocal. Dudo si mojarme o “hacer el cálculo”, decido entrar, camino un tramo con el agua arriba de las rodillas y obtengo mi medida. Me dirijo al siguiente punto, está en el patio trasero de una casa, veo las puertas cerradas, pero sí está la señora, me dice que ahí está el “tubo” que lo mantiene por si se necesita. Le agradezco y le digo que volveré después.
Retomamos el camino hacia Frontera, Tabasco a un costado del río Usumacinta hacia Pantanos de Centla, es la época de lluvias, se observa las planicies inundadas. Aquí ya no hay norias, las comunidades obtienen agua directamente del río, las casas están construidas sobre pilotes, tienen sus cayucos, la gente vive de pesca, ganadería y turismo, principalmente. Me interesa un punto más, no hay forma de llegar por tierra, así que vamos en lancha, instalamos un piezómetro en una bifurcación hacia la laguna de San Pedrito, en este sitio hay varios pescadores “el río está revuelto”, veo pequeños peces que de repente “saltan”, me dicen que hay cocodrilos, mis compañeros ven un manatí, es la biodiversidad, la que intentamos proteger a través de las reservas de agua.