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Blog de la Red Mexicana de Cuencas

"Las opiniones aquí vertidas son de la exclusiva responsabilidad de(los) autor(es) y no representan necesariamente la opinión o punto de vista de la REMEXCU"

Las rutas que toma el agua que cae sobre alguna superficie del territorio, van cambiando a lo largo de una cuenca. En las partes montañosas donde el agua apenas va juntándose para formar un pequeño arroyo, los canales son muy sombreados. Por lo general, el agua viaja muy rápido porque las pendientes son elevadas, y el papel de la zona ribereña es muy importante. Los procesos bio-geo-hidrológicos que ocurren en las riberas de esta zona tienen gran relevancia para TODA la cuenca, por dos razones (quizá más):

1. Son cuerpos de agua largos y delgados, lo que favorece el intercambio de materiales entre la ribera y la columna de agua. La vegetación de la orilla que naturalmente se establece ahí, está adaptada a las condiciones de los ríos, a su caudal, al régimen y cambio en las distintas rutas por las que escurre en agua. Esta vegetación, también varía en función de la propia topografía (a nivel micro) de la ribera, ya que algunas plantas que pueden estar en sitios mucho más empinados que otras. Los estudios de diversas riberas nos han permitido conocer qué plantas son adecuadas para cada río o arroyo, y eso puede orientar los esfuerzos para su recuperación o restauración.

2. Los arroyos pequeños, suman más del 70% en una cuenca dada. Esto quiere decir que el manejo de estos arroyos, aunque sean temporales, tienen una influencia enorme en la calidad del agua que corre a lo largo de toda la red fluvial. Ya que drenan el 70% del territorio de una cuenca, entonces también atraviesan esa misma proporción de las tierras, que pueden ser boscosas, agrícolas, pecuarias, urbanas, etc. Estos arroyos pequeños están sujetos al manejo de una gran diversidad de actores sociales y atraviesan diferentes tipos de terrenos con usos también muy diversos. Esta es una de las razones para enfocarnos en comprender cómo funcionan (Flores-Díaz 2014).

Perder los bosques de ribera reduce la conexión entre los ríos y las tierras adjuntas. De esta forma se cancela la posibilidad de que las riberas actúen como amortiguadores. Como te podrás imaginar, perder las riberas es una de las causas más importantes de pérdida de la integridad ecológica en los sistemas de agua dulce, por su influencia en los nutrientes que soportan a los organismos del río y la ribera, en los cambios en la temperatura en la propia columna de agua, y en los procesos relacionados con la transformación de contaminantes.

Muchos de estos procesos constituyen la base de todas las contribuciones que nos da la naturaleza a las personas. ¿Conoces otras consecuencias de la pérdida de conectividad de los ríos con las tierras adjuntas? Compártelo en el twitter @AdrixFlo para incluirlo en los siguientes blogs. Escucha más reflexiones sobre sustentabilidad en @Resistierra de @Ibero 909 en FM Radio, todos los jueves a la 1.30 pm.

 

Referencias
Flores-Díaz A. 2014. Manejo de la zona riparia de la cuenca del río Cuitzmala, Jalisco. Tesis de Doctorado en Ecología y Manejo de Recursos Naturales. INECOL, A.C.

Esta obra ha sido publicada bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Para ver una copia de esta licencia, visita http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/

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