Ante los desafíos de la recuperación socioeconómica que enfrentan los países de América Latina por el COVID, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) reportó que "La pandemia ha empeorado el estado ambiental por la caída en los presupuestos del sector, el debilitamiento financiero de los sistemas de transporte público, la retracción en la vigilancia de la explotación de los recursos naturales y la orientación poco favorable al medio ambiente de la mayor parte del gasto de respuesta y recuperación, en el que se realizan cuatro unidades de gasto en actividades altas en carbono por cada unidad de gasto aplicada a opciones consideradas verdes" (CEPAL 2021, p.27).
En este documento, la CEPAL muestra preocupación por el descuido ambiental, que se ha visto agudizado por la pandemia que vivimos, pero además alerta sobre las medidas que parecieran nuevamente contraponer una sana economía con el cuidado ambiental. En mi opinión, no existe tal disyuntiva, porque no podemos tener buen vivir o bienestar, sin mantener la integridad ecosistémica, ya que no existe bienestar sin agua limpia, segura y potable, sin aire limpio respirable, y sin alimentos producidos de forma sana.
Los expertos indican que la conservación de ecosistemas naturales es clave para la prevención y manejo de las pandemias, por lo que la pérdida de los bosques y su cambio a otros usos del suelo puede mermar nuestra capacidad real de respuesta ante estos eventos (IPBES 2020). Si se reduce la vigilancia ambiental y nos "hacemos de la vista gorda" con la pérdida de bosques, o buscamos “reactivar la economía a costa de lo que sea”, estamos perdiendo. La carencia de estrategias sustentables en el manejo de la tierra favorece la ocurrencia de las emergencias sanitarias. Nos vendría bien reconocer que EL BOSQUE YA TRABAJA, y lo hace bastante bien.
Brasil y México
En Brasil, se reportó en 2021 el descuido institucional en la región de la Amazonia, donde ocurre el "debilitamiento de la normatividad, la legalización de la deforestación en ecosistemas clave, la reducción de las normas ambientales y de la aplicación de la ley, y el debilitamiento de la gestión de las áreas protegidas" (Vale et al. 2021). Esto ha puesto en riesgo también a los bosques secundarios que funcionan como fragmentos conectores entre las zonas bien conservadas de bosques y selvas, reduciendo la presión sobre ellas. La deforestación aunada con los años de sequía y los incendios reportados en esta región vital del planeta, también han puesto en riesgo la salud humana, incrementando los daños que ha ocasionado el COVID dado el débil sistema de salud pública existente (Alencar et al. 2020). Las tasas de deforestación están reduciendo la evapotranspiración de los bosques (el sudor de las plantas se convierte en nubes), y por tanto aumentando la sequía (Staal et al. 2020), en un círculo que genera una especie de trampa de deterioro ambiental amazónico.
Por otra parte, en México, ya desde antes de la pandemia atestiguamos la caída del interés gubernamental por la vigilancia ambiental. El monitoreo de calidad del agua en zonas del país por parte de COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios https://www.gob.mx/cofepris), ha sido señalado como insuficiente por organizaciones sociales e instituciones académicas. Uno de los casos críticos es la zona transfronteriza de Tijuana, en donde la contaminación del agua tiene repercusiones sobre los habitantes de esta cuenca, y también impacta a la Reserva Nacional de Investigación Estuarina del Río Tijuana (https://trnerr.org/), zona protegida bajo la tutela de un colectivo entre organizaciones no gubernamentales y el gobierno de los Estados Unidos. COFEPRIS realiza una vigilancia sin diseño estratégico, de modo que no reporta los elevados conteos de coliformes fecales (que indican la constante presencia de materia fecal en el agua), y por tanto sus datos son de poca utilidad para atestiguar si las acciones de remediación están dando resultados. Afortunadamente, el Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental realiza el monitoreo académico-comunitario, para contar con datos de alerta temprana mediante la vigilancia de parámetro relacionados con la salud del ecosistema y de la gente (https://pfea.org/).
Figura 1. Mafalda.
Frente al descuido que menciona la CEPAL, los ciudadanos estamos invitados a revisar las responsabilidades gubernamentales sobre vigilancia ambiental y las consecuencias que ese descuido va dejando en nuestros barrios, ciudades y comunidades. Quizá no estemos acostumbrados a revisar el destino del gasto público, o no tengamos claro dónde buscar esa información ni cómo interpretarla, pero vale la pena comenzar a informarnos, y poco a poco nos iremos familiarizando con ello.
Los ciudadanos tenemos el poder de exigir a las instituciones que cumplan sus mandatos, sobre todo en un tema alrededor del cual existe tanta sensibilidad social, como es el agua. La vigilancia ambiental tiene que ver también con el destino del presupuesto, por lo que podemos exigir cuentas claras sobre los gastos, así como pedir claridad en los criterios que se tomaron en cuenta para reducir la vigilancia. ¿Dónde está el análisis que indica que debía suspenderse la vigilancia en el Amazonas y en Tijuana?
No vamos a sustituir a los gobiernos ni a librarlos de sus responsabilidades, pero si podemos participar de muchas formas en la vigilancia ambiental, en nuestra vida diaria. Las experiencias de ciencia ciudadana pueden ser un buen ejemplo de este quehacer de observación y registro de los procesos socionaturales en el territorio.
¿Qué podemos hacer?
• Podemos revisar los reportes de calidad del aire en la ciudad donde vivimos, cuál ha sido el destino de las áreas verdes de nuestra región, cómo están los reportes de calidad del agua en los ríos, acuíferos, playas y ríos de nuestro municipio.
• Podemos registrar la presencia de especies invasoras en nuestros bosques, selvas y lagos, o si está bajando el caudal de los ríos.
• También podemos registrar la suficiencia del agua en algunas colonias de la ciudad, así como su relación con la presencia de enfermedades en l@s niñ@s.
• Podemos alimentar la plataforma Naturalista (https://www.naturalista.mx/), que registra constantemente información enviada por ciudadanos sobre las diferentes especies, y se ha convertido en un gran acervo de datos sobre nuestra biodiversidad.
• Podemos estar al tanto de los informes sobre política pública (por ejemplo, el desempeño de los programas gubernamentales como Sembrando Vida), así como los estudios y análisis que permiten evaluar en qué medida nos conducen a la sustentabilidad.
A manera de primer saque, te propongo que escojas los elementos que te gustaría observar, qué procesos quieres registrar, ya sean naturales o sociales (o ambos), de manera que podamos “seguirle el pulso” a las vías que estamos construyendo hacia el buen convivir.
Colectivo @Ribererar1, @Resistierra909 de @Ibero909FM, así como @RedCuencas.
- Alencar, A., Moutinho, P., Arruda, V., Silvério, D. Amazônia em chamas - O fogo e o desmatamento em 2019 e o que vem em 2020: nota técnica nº 3. Brasília: Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia. 2020. Available at: https://ipam.org.br/bibliotecas/amazonia-emchamas-3-o-fogo-e-o-desmatamento-em-2019- e-o-que-vem-em-2020/
- CEPAL. 2021. La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad. Informe especial COVID. 42 pp.
- IPBES. 2020. Workshop Report on Biodiversity and Pandemics of the Intergovernmental Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. Daszak, P., Amuasi, J., das Neves, C. G., Hayman, D., Kuiken, T., Roche, B., Zambrana-Torrelio, C., Buss, P., Dundarova, H., Feferholtz, Y., Földvári, G., Igbinosa, E., Junglen, S., Liu, Q., Suzan, G., Uhart, M., Wannous, C., Woolaston, K., Mosig Reidl, P., O’Brien, K., Pascual, U., Stoett, P., Li, H., Ngo, H. T., IPBES secretariat, Bonn, Germany, doi:10.5281/zenodo.4147317.
- Staal, A. et al. 2020. Feedback between drought and deforestation in the Amazon. Environmental Research Letters 15:044024. doi: 10.1088/1748-9326/ab738e
- Vale, M. M., Berenguer, E., Argollo de Menezes, M., Viveiros de Castro, E. B., Pugliese de Siqueira, L., y Portela, R. C. Q. 2021. The COVID-19 pandemic as an opportunity to weaken environmental protection in Brazil. Biological Conservation 255:108994. doi: 10.1016/j.biocon.2021.108994