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REMEXCU

La Red Mexicana de Cuencas Hidrográficas (REMEXCU) surge en el año 2007 como resultado de la iniciativa de académicos y organizaciones de la sociedad civil (OSC) en el marco del 1er. Primer Congreso Nacional y Reunión Mesoamericana de Manejo de Cuencas Hidrográficas con la finalidad de favorecer la cooperación, difusión y fortalecimiento de capacidades para el manejo y gestión integrada de cuencas en México (propuesta de formación de la Red).

La Red es una estrategia colaborativa a nivel nacional que busca estimular el intercambio de experiencias y los procesos de formación de grupos de trabajo específicos entre manejadores de cuencas, organizaciones sociales, académicos y tomadores de decisión, abordando interdisciplinariamente el conocimiento y la práctica del manejo de cuencas (estrategia de fortalecimiento de la Red).

El trabajo de la red es facilitar la comunicación, colaboración y generación de sinergias entre todos sus miembros para fortalecer los procesos de formación de capacidades técnicas, el manejo y gestión integrada de cuencas, para lograr la inserción del enfoque de cuenca en la toma de decisiones en México a través de la sistematización y difusión de información nacional en materia de manejo integrado de cuencas.

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Son diversas las funciones ecosistémicas asociadas a las riberas fluviales, que se traducen en beneficios para las personas y para los ecosistemas, entre las que se encuentra la estabilización de los bancos del río (Flores-Díaz, et al. 2017). Esta función es realizada por la comunidad biológica que habita las riberas, particularmente las plantas, disminuyendo la erosión en los bancos, que puede ser causada por fuerzas hídricas ya sea por el escurrimiento de las laderas adyacentes al río –ribera, o por el agua que va en el canal. Aunque son distintos, ambos procesos pueden ocasionar la pérdida del espacio ribereño que forma la interface entre los sistemas terrestres y acuáticos. El banco del río está constituido por la tierra de la orilla y definido por la cantidad de agua que regularmente corre en el cauce, indicando la “llenura” que alcanza bajo las condiciones climáticas actuales.

Por estar asociada a la existencia de la ribera, la estabilización de los bancos no es cosa menor, por lo que las propuestas de manejo deben indicar las especies de plantas adecuadas para este hábitat. Por un lado, el escurrimiento en las laderas puede ser muy variable en cantidad, calidad y temporalidad, aunque en las regiones con uso intensivo del territorio este escurrimiento está cargado de materiales que son acarreados por el flujo de agua (toxinas, semillas, organismos, nutrientes, etc.). El escurrimiento del agua que va en el canal, es el que conforma el caudal del arroyo o río y se define como el volumen de agua que éste acarrea en un tiempo dado. El caudal y algunos rasgos geomorfológicos como la pendiente, reflejan el poder del río (Camporeale et al. 2013). El agua que corre a lo largo de la cama del río (por dentro del canal) imprime una fuerza que favorece el desprendimiento de las partículas de suelo o rocas que forman el propio canal. Esta fuerza (shear stress en inglés) cambia con la temporada del río, el tipo de rocas del subsuelo (geología de la región), y el patrón de escurrimiento.

¿Qué pasaría si no fuera posible estabilizar el suelo de las riberas? La respuesta correcta es: “depende” (respuesta precisa del Dr. Paul Hudson, Universidad de Texas) de factores entre los cuales se encuentra la ubicación de los ríos en la cuenca.

En los arroyos que están ubicados en las partes altas de la cuenca (los llamados arroyos de cabecera), las fuerzas de la corriente pueden ir erosionando la orilla donde se asienta la ribera. Ya que algunos de estos arroyos están rodeados de rocas duras, la zona erosionada no llegaría muy lejos. Sin embargo, se perdería la ribera fluvial, perdiendo así muchos de los beneficios que brindan a las personas y al propio ecosistema dulceacuícola (como la regulación de la temperatura). Los arroyos de cabecera constituyen alrededor del 70% de la red fluvial, por lo que dañar esta zona tiene repercusiones en la calidad del agua de toda la cuenca (en esta zona predominan los procesos erosivos).

Banco de río (Carlos Villaseñor)

En los arroyos y ríos de la cuenca media, la erosión de la ribera podría avanzar hacia las parcelas adjuntas al río, perdiéndose entonces la superficie productiva (por ejemplo las siembras y sitios de cría de ganado). En estas porciones de la cuenca los sedimentos que hayan sido erosionadas de un lugar irán a depositarse a otros, causando sedimentación excesiva en algunos tramos de la red fluvial. Esto reduce la calidad del agua ya que aumenta la turbidez, y restringe el alcance de la zona de inundación, alterando la cantidad de nutrientes, semillas y organismos que se transportan del canal del río hacia las tierras laterales y viceversa (Flores-Díaz 2014).

Finalmente, en las porciones bajas de la cuenca la zona de ribera es altamente móvil debido que los arroyos mantienen canales con un sustrato arenoso que incluso pueden cambiar el curso del río cada año (fíjate cómo se ve el curso del Mississippi en Google Earth). Esto se debe a que el agua transita por donde se ofrece menos resistencia, así que el movimiento de grandes rocas o el exceso de sedimentos pueden alterar el cauce de forma significativa, siendo en mayor medida en ríos temporales. La estabilidad de los bancos en esta zona funciona a la par del almacenamiento de sedimentos en las riberas (dando forma a los meandros del río) y en las islas de arena que se forman al centro del canal.

La estabilización de los bancos del río está relacionada entonces con la movilidad de sedimentos a lo largo de la red fluvial, favoreciendo la calidad de agua porque permite tener agua con menor turbidez. Los procesos que estabilizan el banco del río funcionan de distinta forma en cada una de las partes de la cuenca, pero dicha estabilización se logra gracias a la presencia de plantas adecuadas para ello. Entonces, el manejo de las riberas y de la tierra adyacente puede poner en riesgo esta función y con ello la existencia ribereña… ¿Sabes cómo identificar una planta que permita la estabilización de la ribera?

En los siguientes blogs de #RIBEREando se relatarán más servicios ecosistémicos ligados a las riberas fluviales. Anota en los comentarios si estás interesado en alguna función o servicio ecosistémico en particular. El dibujo de colores es de Carlos Villaseñor y la foto del río es de Adriana Flores (cuenca media del río Cuitzmala).

 

Referencias
  • Camporeale, C., E. Perucca, L. Ridolfi y A. M. Gurnell. 2013. Modeling the interactions between river morphodynamics and riparian vegetation. Reviews of Geophysics, 51. doi: 8755-1209/13/10.1002/rog.20014
  • Flores-Díaz, A. 2014. Manejo de la zona riparia de la cuenca del río Cuitzmala, Jalisco. Tesis de Doctorado en Ecología y Manejo de Recursos Naturales. INECOL, A.C.
  • Flores-Díaz, A. R. Guevara, R. Landgrave, A. Quevedo Chacón, M. Mendoza Cantú y M. Maass. 2017. Hierarchical procedure for creating local typologies for riparian zone research and management based on biophysical features. Physical Geography. Octubre 2017. doi: 10.1080/02723646.2017.1387427
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