Se estima que de las tierras emergidas del mundo, 43% corresponde a zonas áridas y semiáridas. En el continente americano estos desiertos ocupan extensas superficies.
En América del Norte se calcula que un tercio de su superficie puede considerarse como árido o semiárido. Usando diferentes criterios, en especial la cantidad total de precipitación de la lluvia expresada en mm y algunos indicadores socioeconómicos, la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (CONAZA 1994) considera que México tiene alrededor de 41% de zonas áridas y semiáridas, en donde vive cerca del 18% de la población nacional. Estas regiones, lejos de ser homogéneas, son lo bastante diferentes como para que podamos hacer una regionalización natural. En ella se distinguiría la zona árida localizada en las partes bajas de los estados de Sonora y las dos Baja Californias, extendiéndose a los Estados Unidos de América; esta región se conoce como Desierto Sonorense. La otra región de aridez se presenta en la Altiplanicie Mexicana, en parte de los estados de San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango y Chihuahua; conocida como Desierto Chihuahuense, la cual también se extiende hasta los EE.UU.