Como parte de un proyecto para identificar la importancia de los flujos de los manantiales que aportan agua al río Bravo encabezado por el Río Grande Join Venture, en el que participan American Birds Conservancy, el National Park Service y Pronatura Noreste se realizó una expedición de aproximadamente 100 kilómetros a través del cauce del río Bravo. Un río que representa la frontera entre dos naciones, un río que para México es bravo, y para los Estados Unidos de América es grande.
Ante los desafíos de la recuperación socioeconómica que enfrentan los países de América Latina por el COVID, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) reportó que "La pandemia ha empeorado el estado ambiental por la caída en los presupuestos del sector, el debilitamiento financiero de los sistemas de transporte público, la retracción en la vigilancia de la explotación de los recursos naturales y la orientación poco favorable al medio ambiente de la mayor parte del gasto de respuesta y recuperación, en el que se realizan cuatro unidades de gasto en actividades altas en carbono por cada unidad de gasto aplicada a opciones consideradas verdes" (CEPAL 2021, p.27).
A partir de mi incursión empírica como participante en diversos grupos y redes de colaboración, así como mi interés científico en el análisis de redes, comienzo con pasión y entusiasmo esta nueva sección del Blog de la Red Mexicana de Cuencas (Remexcu) que llamaremos: Interacciones Hídricas, siendo la interacción la base de la formación de redes e hídrica por el tema del agua, cuencas y sus actores como interés de análisis bajo este enfoque.
Después de un período de incertidumbre debido a una huelga en la UNAM, regresamos a las aulas virtuales a mediados de mayo 2021. Una de las asignaturas fue la de Sistemas Acuáticos para estudiantes de la licenciatura en Ciencias de la Tierra. Esta asignatura fue compartida con uno de los profesores con experiencia en Oceanografía (Mariño, 2021) junto con mi experiencia en Hidrogeología. Es inevitable, aunque existen temarios definidos, la experiencia de cada profesor hace que una clase universitaria sea única, porque no solo es estar frente a una pantalla explicando conceptos, sino que cada actividad propuesta es una habilidad que suma para el desarrollo de los estudiantes.
Uno de los temas que más ha causado controversia dentro del sector hídrico en los últimos días, es la noticia expuesta el pasado 17 de diciembre por la directora de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), respecto a que el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) perderá su descentralización, para incorporarse a la estructura interna de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Ante esta sorpresa, diversas opiniones de organizaciones, redes y especialistas salieron a relucir, en general con gran preocupación y rechazo, explicando que tal decisión significa la desaparición y el desmantelamiento institucional que resulta desfavorable para lograr un mejor manejo del líquido vital en el país.
El agua es un elemento vital para la vida y el funcionamiento de nuestra sociedad, pero durante el último siglo este recurso ha sido sobreexplotada y contaminada por la actividad humana; además el cambio climático ha generado que los eventos hidroclimatlógicos como sequías e inundaciones sean cada vez más frecuentes y prolongadas (IPCC; 2021). La Península de Yucatán se considera como una gran reserva de agua, principalmente de origen subterráneo debido al valor calculado de su recarga natural en 21,813 hm3/a, con una disponibilidad de 2,386.82 hm3 al año. (CONAGUA; 2020). Durante 2017 el volumen consumido fue de 4,792 hm3, de los cuales un 13% corresponde al suministro público, un 72% al sector industrial y un 14% al sector primario (agricultura y crianza de animales) (CONAGUA; 2017) ¿A dónde va el agua de la Península de Yucatán? En este escrito conoceremos mejor cómo se distribuye y las problemáticas relacionadas con el agua en la península de Yucatán.
En la mañana del sábado 29 de mayo del presente año, en el municipio de Juan C. Bonilla en el estado de Puebla apareció un gran agujero de 60 metros de diámetro y 20 de profundidad, llamando la atención internacional. Lo sobresaliente no solo fue la magnitud del fenómeno, sino las diversas posiciones técnicas y políticas, así como el conflicto que se generó específicamente contra una empresa embotelladora señalada como culpable del socavón, la cual fue clausurada por las autoridades municipales y tomada por las comunidades afectadas por la escasez del líquido. Ante esta tensión socioambiental, empresarial e institucional, la Comisión Nacional del Agua decidió deslindarse de cualquier responsabilidad, cuando la vigente ley le establece competencias para gestionar los conflictos hídricos en el territorio mexicano.
La preocupante crisis del agua que enfrenta México y otras naciones del mundo, exige la necesidad de un mejor esquema de gobernanza institucional, así como un distinto modelo económico de desarrollo. Sin embargo, también se requiere una nueva cultura hídrica, que sea integral, tenga una visión ciudadana y esté basada en nuestros derechos humanos. Ante la compleja problemática -que puede agravarse en el futuro-, tenemos que complementar a las clásicas recomendaciones para el cuidado del agua, como "báñate en 5 minutos" o "ciérrale a la llave mientras te lavas los dientes". Es por esta razón, que desde el Parlamento Mexicano Juvenil por el Agua, se proponen a continuación diez mantras que nos pueden ayudar a proteger el líquido esencial en nuestro día a día.
Ante la convocatoria de la Alianza por los Ríos y las Cuencas de Costa Rica, nos hemos congregado alrededor de monitoreo comunitario, como una forma de atender varios frentes que nos impulsan hacia la sustentabilidad: (1) el conocimiento de nuestros ríos, manantiales, lagos, y sus dinámicas, los procesos de deterioro presentes y sus formas de responder ante prácticas de recuperación y manejo de las cuencas; (2) la comunicación de la importancia que tienen nuestros cuerpos de agua, para recuperar – regenerar la viabilidad socionatural del territorio; y (3) la construcción de iniciativas y experiencias colaborativas que nos acerquen al diálogo de saberes y al fortalecimiento de capacidades locales para la gestión sustentable de nuestras cuencas.
El día 24 de mayo de 2021 en el Diario Oficial de la Federación se publicó un convenio dónde la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y el estado de Oaxaca establecieron lineamientos de acciones en materia de infraestructura hidroagrícola, agua potable, alcantarillado, saneamiento y cultura del agua [1]. ¿Realmente es necesario este convenio? Para responder esto, primero se expone el acuerdo de forma resumida y luego se hace un leve análisis.
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